Ciertos rumores persisten entre los viajeros aéreos. Los rumores sobre misteriosas islas que a veces aparecen allí en las nubes de la nada. Según la leyenda, los viejos dioses se retiran a esas islas, lanzando hechizos de olvido y serenidad sobre ellas. El editor principal de un conocido periódico me hizo una oferta inusual. Prometió recompensarme por traer fotografías de una de esas islas peculiares y el Dios que descansa allí. Una oferta extraña, por decir lo menos. Sin embargo, uno no pude rechazar: en ese momento, los acreedores golpeaban incesantemente en mi puerta. Cuando amenazaron con apoderar