Encarna el papel del ángel defensor que ha sido llamado para contener la marea de una horda infernal que se aproxima. Le corresponde a tu aureola planificar las defensas; sin embargo, tus adversarios no permanecerán de brazos cruzados, ya que eclipsarán el sol con fuego solo para cercenar tus alas. No obstante, no estás desvalido, pues el ángel puede azotar a los enemigos por sí solo si fuera necesario.