No es de extrañar que Alejandra, encargada y guardiana, sienta su alma entrelazada con la propia tierra, este terreno de caza de reyes. Desde la cantera de mármol curiosamente elegante, colinas suaves y un monasterio en ruinas, hasta los prados cubiertos de girasoles y lavanda por igual, la Reserva de Caza Cuatro Colinas te dejará sin aliento.